El consumo de alimentos ultraprocesados ha aumentado de manera alarmante, lo que representa un riesgo para la salud infantil. Las diferentes técnicas de marketing dirigido a niños (M2K) utilizadas en las etiquetas de los alimentos están influyendo en las decisiones de compra de estos productos.
El estudio muestra una prevalencia de obesidad del 7% en niños y niñas de 3 a 4años de la ciudad de Barcelona, siendo esta mayor en centros escolares de barrios con NSE más desfavorecido. Las familias de hijos/as con obesidad tenían con mayor frecuencia progenitores obesos, de procedencia extranjera, con NSE bajo y con estudios primarios o secundarios. En las conductas alimentarias, el consumo de pescado por debajo de la recomendación presentó mayor obesidad.
Un estilo de vida sedentario, niveles bajos de actividad física y aptitud física, malos hábitos alimentarios y estrés psicosocial están fuertemente asociados con un aumento de la morbilidad y mortalidad por enfermedad cardiovascular aterosclerótica (ECVA).
La actividad física en personas con Diabetes Mellitus y que presentan signos y síntomas de enfermedad cardiovascular, se justifica una autorización médica previa al ejercicio; sin embargo, exigir requisitos de detección amplios puede generar barreras innecesarias para iniciar un programa de ejercicio. Hay evidencia sólida que respalda la promoción del entrenamiento aeróbico y de resistencia, y hay evidencia emergente sobre la importancia de reducir el tiempo de sedentarismo.
El tratamiento de la obesidad infanto-juvenil, basado en modificaciones higiénico-dietéticas, ofrece habitualmente un éxito limitado y presenta una alta tasa de abandono del seguimiento por parte de los pacientes. La investigación de predictores de éxito terapéutico y abandono precoz del seguimiento facilitaría una individualización terapéutica que podría determinar mejores resultados de la intervención.
La adolescencia es una etapa de la vida crucial para el desarrollo de conductas saludables, pero las conductas de actividad física de los adolescentes y su asociación con los resultados a mediano y largo plazo son poco conocidas. Los adolescentes no son suficientemente activos y esta inactividad se distribuye de manera desigual a nivel mundial y dentro de las sociedades.
El consumo de pequeñas cantidades de alcohol podría reducir el riesgo de algunos problemas de salud, pero aumentar el riesgo de otros, lo que sugiere que el riesgo general depende, en parte, de las tasas de enfermedades de base, que varían según la región, la edad, el sexo y el año.
La carga de las enfermedades crónicas no transmisibles tiene consecuencias relevantes y negativas para las personas, los sistemas de atención de la salud y las economías de todo el mundo. Las enfermedades crónicas son la principal causa de discapacidad y mortalidad y son responsables del 90% del gasto en atención de la salud.
El sexo y el género condicionan la salud. Cada vez hay más pruebas que examinan de forma exhaustiva y sistemática la magnitud, la persistencia y la naturaleza de las diferencias en materia de salud entre mujeres y hombres. En este estudio, nos propusimos cuantificar las diferencias en las principales causas de la carga de morbilidad entre mujeres y hombres en distintas edades y zonas geográficas.
Examinar la eficacia de una intervención de reducción del comportamiento sedentario para reducir el tiempo sentado y mejorar la presión arterial en adultos mayores.