¿Cómo influye la distribución de la ingesta de energía a largo del día en la pérdida de peso?
Se ha publicado recientemente en la revista Obesity Reviews, una revisión sistemática y meta-análisis, sobre la distribución de la ingesta energética a lo largo del día y la pérdida de peso.
A continuación, os mostramos un resumen de esta publicación. La autoría original de este artículo corresponde a Isabel E. Young, Amudha Poobalan, Katharine Steinbeck, Helen T. O'Connor y Helen M. Parker
Para comenzar
Numerosos autores han propuesto que consumir una mayor proporción de la ingesta de energía total en las primeras horas del día, en lugar de por la noche, puede influir de forma positiva en la pérdida de peso y en la salud, debido a una mayor sincronización de los ritmos circadianos del organismo.
El objetivo de esta investigación
Los autores de esta publicación han realizado una revisión sistemática con el objetivo de proporcionar una actualización de las evidencias existentes sobre los patrones en las intervenciones de pérdida de peso en relación a los horarios de la distribución de la energía a lo largo del día.
Algunas cuestiones metodológicas importantes y principales resultados
Mediante una estrategia de búsqueda exhaustiva en cinco bases de datos electrónicas, los autores pudieron identificar nueve ensayos controlados aleatorizados sobre la pérdida de peso que cumplían los criterios de elegibilidad y que por lo tanto, fueron considerados como resultados de esta revisión.
Tras una evaluación crítica, los investigadores realizaron un metanálisis de efectos aleatorios de (Random Effect) en el cual se observó que, en el contexto de una dieta con reducción de energía, la distribución de la ingesta energética se centraba en la ingesta más temprana dando lugar a una pérdida de peso significativamente mayor (1,23 kg, intervalo de confianza del 95%: 2,40 – 0,06; valor p = 0,04). También los autores observaron mejoras en el índice HOMA-IR (modelo de evaluación de la homeostasis, medida que sirve para evaluar la resistencia a la insulina), la glucosa en ayunas y el colesterol LDL. Por consiguiente, el presente estudio proporciona una actualización muy oportuna de las evidencias que relacionan la distribución de la ingesta energética diaria total y la salud, mostrando que centrarse en las primeras ingestas del día para consumir más calorías en comparación a ingerirlas en las últimas ingestas, puede dar lugar a una mayor pérdida de peso a corto plazo.
Para profundizar
Según los autores de esta revisión, esta investigación presenta numerosos tiene puntos fuertes y limitaciones que es necesario comentar. Aunque todos los estudios se realizaron con participantes que vivían en la comunidad y, por tanto, estaban expuestos a las dificultades de la estimación la ingesta autoinformada en las intervenciones dietéticas, todos incluían medidas de cumplimiento de las dietas y protocolos de exclusión, lo que refuerza la validez de sus resultados. Los estudios realizados con participantes que viven en la comunidad también proporcionan una representación más realista del cumplimiento de estas dietas en un entorno clínico. Sin embargo, las investigaciones realizadas también fueron una corta duración (de 5 a 16 semanas) con altos niveles de cumplimiento, lo que indica que es necesario seguir investigando para determinar si los estudios de una mayor duración y con una mayor flexibilidad en los patrones alimentarios, podrían tener los mismos resultados positivos.
Los investigadores de esta revisión encontraron una elevada heterogeneidad entre los estudios, lo que podría deberse a la diversidad entre los enfoques metodológicos de cada investigación. Tampoco hubo uniformidad entre las ingestas energéticas a lo largo del día, lo que limitó la capacidad de cuantificar la distribución de la ingesta energética que de forma más eficaz podría estar relacionada con la pérdida de peso. Los estudios también variaron en cuanto a la duración, el tamaño de la muestra y la intensidad de la intervención (número y frecuencia de las sesiones de educación o asesoramiento). Estos factores han podido haber contribuido a la elevada heterogeneidad observada en el metaanálisis. Aunque se realizó un análisis de subgrupos, no se identificaron factores específicos que contribuyeran a la heterogeneidad entre los resultados de los estudios. Adicionalmente, uno de los estudios también difería en la distribución de la energía a lo largo del día, con la comida principal en la noche.
Debido a que las pruebas de sensibilidad mostraron que la exclusión de este estudio provocó una pérdida de significación entre la pérdida de peso experimentada por las ingestas de energía distribuidas de forma más temprana o más tardía, los autores consideran necesario realizar más investigaciones para profundizar en los diferentes efectos sobre la pérdida de peso en relación a modificar la distribución energética a lo largo de todo el día frente a la tarde y la noche. Los investigadores consideran que es necesario seguir investigando con periodos de seguimiento más largos y distribuciones de energía más uniformes para poder evaluar la eficacia de los impactos positivos que podría tener una ingesta de energía total distribuida de forma temprana a lo largo del día sobre el peso y la salud metabólica.
Conclusión
La presente revisión refuerza las evidencias de la relación entre la pérdida de peso y la distribución de la ingesta total de energía a lo largo del día, favoreciendo los patrones de alimentación más tempranos. Aunque la diferencia media en la pérdida de peso entre los grupos fue modesta, según los autores esta cuestión podría ser una herramienta prometedora para utilizarse junto con otras estrategias de pérdida de peso como la restricción energética.
