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La grasa saturada de los lácteos se asocia a un menor riesgo cardiometabólico - Obsevatorio de Nutrición y el Estudio del Sobrepeso y Obesidad
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La grasa saturada de los lácteos se asocia a un menor riesgo cardiometabólico

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Se ha publicado recientemente en la revista The American Journal of Clinical Nutrition, una investigación de un estudio prospectivo de cohortes sobre las evidencias científicas en relación con la grasa saturada de fuentes lácteas y su asociación con el riesgo cardiometabólico con datos procedentes del estudio Framingham Offspring.

A continuación, os mostramos un resumen de este estudio prospectivo de cohortes desarrollado por estos autores. La autoría original de esta publicación corresponde a Mengjie Yuan, Martha R Singer, Richard T Pickering y Lynn L Moore.

Para comenzar

La enfermedad cardiovascular (ECV) es la principal causa de muerte en los Estados Unidos y uno de los principales factores que contribuyen a su desarrollo es la dislipidemia. Las guías dietéticas de los Estados Unidos, recomiendan limitar la ingesta de grasa saturada y reemplazar este tipo de grasa por ácidos grasos insaturados. Sin embargo, en numerosas evidencias científicas se ha observado que diferentes alimentos que contienen grasas saturadas podrían tener efectos distintos en la salud. Los lácteos pueden contribuir a la ingesta de grasa saturada total que podría estar asociada de forma positiva con la dislipidemia. Por otra parte, una revisión ha encontrado que los productos lácteos enteros no estaban asociados con un mayor riesgo de ECV o de diabetes. Al igual que otro metanálisis que ha concluido que, aunque el ácido láurico (presente en la mantequilla) incrementa el colesterol LDL y el colesterol total, también aumenta las concentraciones de colesterol HDL, así como la relación de colesterol total: HDL.

El objetivo de esta investigación

En este estudio, los autores compararon los efectos de las grasas saturadas de fuentes lácteas y no lácteas con medidas de grasa corporal, biomarcadores inflamatorios, concentraciones de lípidos y concentraciones y tamaños de partículas de lípidos.

Algunas cuestiones metodológicas muy importantes

En esta investigación, se utilizaron datos del estudio Framingham Offspring el cual es un estudio de cohortes prospectivo. Se incluyeron participantes de 30 años o más que tenían registros dietéticos y datos de interés. Los sujetos acudieron a seguimientos de exámenes clínicos programados cada 4 años. Los participantes fueron 2222, 2021, 2066 y 1874 para el análisis de grasa corporal, la inflamación, los lípidos y las partículas lipídicas, respectivamente.

Principales resultados

La ingesta total de grasas saturadas de fuentes lácteas fue de 10,2 g para hombres y de 9,0 g para las mujeres, mientras que la de fuentes no lácteas fue de 17,6 g para hombres y de 14,3 g para las mujeres. Los rangos de ingesta de grasa saturada de fuentes lácteas en los quintiles tanto en hombres como mujeres fueron los siguientes: 0 a <4,5, 4,5 a <7,1, 7,1 a <9,9, 9,9 a <13,7 y 13,7 a 40,4 g/día. Tanto los hombres como las mujeres en los quintiles más altos de grasa saturada procedente de fuentes lácteas también presentaron una mayor ingesta de energía, un consumo superior de macronutrientes ajustado al peso y una ingesta superior de alimentos de la mayoría de las fuentes de proteínas, excepto las aves de corral y el pescado.

Según los autores de este estudio, las mujeres en el quintil más alto de consumo de grasa saturada derivada de los lácteos, tenían un IMC de 26,2 kg/m2 en comparación con 27,8 kg/m2 para las del quintil más bajo; y un porcentaje de masa grasa (36,7% frente a 38,0%) y de partículas de LDL de mayor tamaño. La grasa saturada no láctea en las mujeres se asoció de forma inversa con la relación triglicéridos, TG: HDL.

En los hombres, la ingesta de grasas saturadas derivadas de los lácteos se asoció de forma inversa con la proteína C reactiva, el fibrinógeno y la relación TG: HDL. El colesterol HDL fue de 2,8 mg/dl mayor entre los hombres en el quintil más alto (en comparación con el más bajo) de grasas saturadas de fuentes lácteas. Los hombres con las ingestas más altas de grasas saturadas derivadas de lácteos tenían tamaños de partículas HDL y LDL más grandes, una mayor concentración de partículas HDL y una concentración de partículas VLDL más baja.

Para profundizar el tema

Según los autores de este estudio, la grasa saturada de los lácteos presenta un perfil diverso de ácidos grasos que consta de ácidos grasos de cadena corta, media, larga, impar y ramificada, mientras que las carnes contribuyen de forma predominante con ácidos grasos de cadena media y larga. Por consiguiente, tal y como indican estos investigadores, es posible que las diferentes longitudes de cadena contribuyan a que el consumo de grasas saturadas tenga efectos diferentes en la salud.

Conclusión

En este estudio se observó que las ingestas más altas de grasas saturadas procedentes de lácteos durante los 8 años se asociaban con niveles más bajos de grasa corporal en mujeres. Los consumos más altos de grasas saturadas de fuentes lácteas en hombres se asociaron con un perfil de riesgo menos aterogénico, que incluía menos inflamación, concentraciones más altas de colesterol HDL, concentraciones más bajas de TG y un nivel más bajo en la relación TG: HDL.

Enlace: Finut - Fundación Iberoamericana de Nutrición

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